domingo, 24 de febrero de 2013

Prólogo y capítulo uno


¿QUÉ TAN ESTÚPIDOS SOMOS?

¿Qué es Internet para mí?, es una pregunta que nos deberíamos hacer para determinar qué tan dependientes somos de esta red, y así, ver los efectos que causan en nuestra cotidianidad. Para mí, Internet es aquella herramienta que facilita mi vida, que gracias a ella puedo comunicarme, interactuar, consultar, opinar, en cualquier lugar que me encuentre, de hecho, no imaginaría hacer muchas cosas de las que hago hoy en día sin Internet, sin embargo, ¿esa dependencia a esta red me hace estúpida?
Existen varias publicaciones señalando las consecuencias del uso de Internet, y en su mayoría, defienden que Internet sí nos vuelve estúpidos, debido a la cantidad de información y herramientas que están a nuestra disposición, que con el tiempo afecta al cerebro. Por otro lado, hay personas defendiendo a esta red, porque según ellos, esta herramienta nos hace aún más inteligentes, sin embargo, ¿Quién tiene razón?, ¿Qué tan estúpida soy?, o en realidad ¿Soy más inteligente?

Para dar respuesta a los interrogantes anteriormente planteados, me basaré en los postulados de Nicholas Carr y Steve Pinker, quienes mencionan ideas totalmente opuestas acerca de cómo nos afecta Internet. Por un lado,  tenemos a Carr, quien asegura que él y más personas, han perdido la capacidad de concentración por culpa de la red, “Cuanto más usan Internet, más tienen que esforzarse para permanecer concentrados” (Carr, 2011), derivando así, más problemas  que nos afectan en muchos ámbitos. En cambio, Pinker señala que cada vez que aprendemos algo, nuestro cerebro cambia de configuración, lo cual, no significa que seamos más estúpidos. “Por el contrario no sólo no nos hacen estúpidos, sino que estas tecnologías son las únicas cosas que nos ayudarán a seguir siendo inteligentes (Cuen, 2010)

Tomando en cuenta los planteamientos anteriores, creo que cada persona decide ser estúpida o no, porque desde mi concepto, el problema no es Internet, si no, cómo cada persona utiliza esa herramienta. Soy quien doy uso adecuado o no a la red,  si convierto a esta red en un camino para la estupidez, o por el contrario, saco máximo provecho de esta, siendo más inteligente. Por eso, creo que he sido bastante estúpida en el ámbito académico, debido a que encuentro al Internet como el camino fácil, leo cada vez menos libros, y sólo me limito a buscar en sitios web que aunque sé que posiblemente su información no es verídica, sigo recurriendo muy a menudo.

Bibliografía


Carr, N. (2011). ¿Qué está haciendo Internet con nuestras mentes? Taurus.
Cuen, D. (30 de 06 de 2010). BBC UK . Recuperado el 23 de 02 de 2013, de http://www.bbc.co.uk/blogs/mundo/un_mundo_feliz/2010/06/internet_no_nos_hace_estupidos.html


Cindy Vanessa Hernández Garzón
Escritura de ensayos de opinión
Universidad del Rosario

domingo, 3 de febrero de 2013

Ejercicio 00


El regalo más memorable

Era jueves 23 de noviembre, no faltaba mucho para mi cumpleaños, estaba en la casa con mis padres. Era de noche, sonó el citofono del apartamento, salí deprisa de mi cuarto para contestar y me lleve una grata sorpresa, era mi novio.  No sabía que hacía por la noche un jueves cerca a mi casa y lo más extraño era que no me había avisado.  Emocionada lo espere en la puerta, lo hice pasar y me dijo –te tengo una sorpresa-, sacó de su maleta 2 tiquetes de aéreos. Los tomé y en uno de ellos vi mi nombre, no lo podía creer y quede aun más sorprendida al ver que el destino era París   

El se dirigió al lugar donde estaban mis papás, les comentó como iba a ser el viaje y que lo único que necesitaba era su aprobación, mi papa refutó un poco sin embargo después de un tiempo decidió aceptar. Yo estaba ahí, anonada, no podía creer lo que en realidad estaba pasando, me iba a ir con mi novio de cumpleaños a París  aquella cuidad tan hermosa que desde pequeña había soñado visitar. Le agradecí por tal detalle, y le dije que esperaba ese día con muchas ansias.  

Llegó aquel día tan esperado, nos vimos en el aeropuerto con nuestras respectivas familias, quienes nos  acompañaron hasta donde les era permitido, nos despedimos y emprendimos nuestro viaje.  El vuelo era bastante largo, y lo único que pensaba era cómo iba a ser esa estadía en ese lugar tan maravilloso, así mismo pensaba en todo lo que podía conocer, a quienes  conocería,  en sí, solo pensaba todo lo que disfrutaríamos.

Sólo estuvimos una semana, visité tantos lugares hermosos que me dejaron impactada, estaba muy feliz ahí, y le repetía a mi novio lo agradecida que estaba por haberme llevado de viaje, era algo que jamás iba a olvidar. Finalmente llegó el día de regreso, estaba triste de cierta forma porque quería seguir en esa ciudad, pero alegre por lo que había disfrutado. Me encontraba en el avión, al lado de la ventana, y solo veía como aquella cuidad se hacía cada vez más pequeña, cerré mis ojos imaginando todo lo que había ocurrido, lo feliz que había sido.